El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. Aunque no es posible identificar un solo hecho al que remita la fecha y su origen parece deberse a una conjunción de hechos, desde hace más de un siglo es un día de movilizaciones en todo el mundo. La primera conmemoración se realizó el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, a partir de la propuesta de Clara Zetkin en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague en 1910. La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al año 1975 como «Año Internacional de la Mujer», invitando a los Estados a celebrar un Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
El Paro Internacional como medida de protesta contra las violencias por razones de género, pone el foco en la cuestión del trabajo, visibilizando la enorme carga que representa para las mujeres el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. El Paro también nos recuerda que históricamente la conmemoración del 8 de marzo fue impulsada por las luchas de las mujeres trabajadoras en distintas partes del mundo. Los feminismos, en plural, tejen sus luchas con los reclamos contra el trabajo precario, el saqueo de los territorios y bienes comunes, el endeudamiento y toda forma de opresión y discriminación.
Este 8 de marzo de 2024 nos encuentra enfrentando profundas transformaciones en nuestras condiciones de vida, con sobrecargas extremas en las redes de cuidado, con caídas brutales de los salarios, y con la regresión de la política pública en diversas áreas. Estas transformaciones se anudan a narrativas reaccionarias que promueven el desarme de derechos conquistados, catalogados como expresiones de una supuesta “ideología de género”. En el ámbito universitario asistimos también a un fuerte cuestionamiento de la función social de la universidad pública y gratuita, que trastoca los principios rectores del sistema universitario argentino.
Es fundamental seguir visibilizando las construcciones históricas que naturalizan la desigualdad y las violencias sexistas en todos los ámbitos, así como reclamar políticas públicas efectivas para prevenirlas, sancionarlas y erradicarlas. En el marco de las leyes de Promoción y Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de Educación Sexual Integral y de Protección Integral a las Mujeres, es una parte central de nuestro compromiso educativo contribuir a forjar vínculos respetuosos desde una perspectiva de derechos, colaborar en la construcción de relaciones interpersonales de igualdad y desnaturalizar las violencias de género en todas sus dimensiones.
Agenda de actividades en la UNLP en el marco del 8M
Ronda Feminista “Hacia el 8M 2024″ – UNLP
Entrevista a Adriana “Indi” Valobra, Doctora en Historia, investigadora del CONICET y directora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Géneros (CInIG) – FaHCE, UNLP